La gastronomía peruana es una de las más variadas de todo el mundo. Las recetas de sus platillos tradicionales se han inspirado en costumbres precolombinas, españolas, amazónicas, africanas, francesas y en menor medida de hábitos culinarios japoneses e italianos.
Nuestra comida ha despertado simpatías y envidias. Su proyección internacional coge cada vez más altura al punto de ya haber recibido el galardón de ser la mejor de América Latina. Debe ser por eso que más de un paladar se quedó anonadado con nuestra sazón en importantes festivales gastronómicos como Madrid Fusión y Colombia Provoca.
Según Gastón Acurio, presidente de la Apega, la cocina se transformaría en uno de los propulsores principales de la economía peruana “si eleva los estándares de calidad y superar desventajas como la baja formalidad del sector”. En efecto, sería darle a la gastronomía peruana un nombre internacional y que con ésta sea reconocido en cada rincón del mundo.
Además a todos los peruanos nos consta que e l Perú, sí puede desplegar una gran variedad de productos turísticos especializados y con esto intensificar de manera progresiva el turismo gastronómico que dicho sea de paso representa el 5% del turismo nacional.
Sin embargo, los retos existentes imposibilitan el desarrollo pleno de nuestra gastronomía a escala normal, las mismas que en lo próximo se deberían de superar y de esta manera estar creciendo más.
Todo lo mencionado anteriormente dependerá en gran medida de la contribución de todos nosotros y de este modo transformar a la cocina en una de las ventajas competitivas principales con valor agregado desarrollada en el Perú.
“No existe cocina peruana sin industria agropecuaria”.